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De todo lo que te dicen que hagas, pero te rehúsas por no hacer "sufrir" al bebe
Soy una mamá primeriza y quiero compartirte el camino que recorrí tratando de enseñar a mi bebé de casi 24 meses a dormir por sí mismo una noche de corrido.
Cuando cumplió 14 meses yo ya no podía más, necesitaba dormir. Así que decidimos hacer la inversión de una sleep coach (esto fue hace 9 meses). En estos 9 meses, hemos pasado por 2 cursos de entrenamiento de sueño y una sleep coach.
Y las reglas casi siempre son las mismas:
- “Enséñale a dormir solo”
- “Que no se acostumbre a dormirse en el pecho”
- “Que lo duerma su papá para que no te huela la leche”
- “Que no duerma en tu cama porque tener el pecho cerca lo estimula”
- “Que duerma en su cuna, de lado del papá”
Hubo otras reglas más fáciles de empezar a implementar como:
- “Que no vea la tele durante el día.”
- “Que tenga una rutina de noche, como cena, baño, dientes, cuento y a dormir”
- “Que duerma sus siestas correspondientes”
“Pero lo más difícil es decidirte a empezar el entrenamiento de sueño.” Yuri A.

Estás tan cansada de no dormir, pero a la vez lo atrasas una y otra vez porque en el fondo no quieres dar ese paso. “No, es que anda un poquito mormado, mejor esperar a que esté mejor…” “Mejor empezamos después de las vacaciones” “Este fin viene a visitarnos la abuela, mejor después de eso” y así se van los meses. Sabemos que es por el bien de nuestros bebés, y las sleep coaches hacen un trabajo maravilloso, por lo menos Annie de Pininos, fue siempre muy paciente y me respondía todas mis dudas. Pero como mamá primeriza, cada reto, cada nuevo cambio es todo un reto.
Recuerdo ese primer día que por fin nos decidimos a empezar (más que nada yo porque mi esposo estaba listo desde meses antes a recuperar su cama y su espacio). Ese día lo dormiría Luco. La sleepcoach me advirtió: “No vayas a entrar al cuarto mientras lo esté durmiendo tu esposo porque será peor, por más que escuches llorar al bebé, tienes que aguantar porque si entras es peor ¨El bebé sabrá que si llora vendrás por él”. “Confía en su papá, el tiene que aprender a calmarlo también”. Y qué bueno que me dijo esto, ya que yo de verdad que no confiaba en mi esposo para calmarlo y es que ¡¿qué mamá soporta escuchar a su bebé llorar por más de 10 segundos? Pero pues no me quedó de otra.


Los entrenamientos de sueño, los cambios y las regresiones
Y claro que la sleep coach nos lo advirtió… y hay que seguir las reglas incluso en estas regresiones.
Pero ¿cómo lo dejo llorar si le está saliendo un diente?; ¿Cómo no le voy a ofrecer mi pecho para que se quede dormido?; ¿Cómo no lo voy a consolar si acaba de entrar a la guardería y todo es nuevo para él? ; ¿Cómo voy a estar ahí escuchándolo llorar mientras mi esposo intenta calmarlo sin éxito, y lo único que grita mi bebé es “Mamá”
Así mi guerra infinita contra los cursos de sueño y las sleep coaches. Creo que puede haber un balance, donde se intente seguir las reglas a medida de lo posible pero también seguir nuestro instinto de mamás. Les prometo que algún día podrán dormir sus 8 horas seguidas. (espero jeje)